Este se acaba de convertir en mi capítulo favorito de Anatomía de Grey.
Este capítulo empieza con Yang preguntándole a un paciente que si quiere que le quiten el ventilador y nos muestran tres diferentes vidas que puede llegar a tener Yang.
Este paciente tuvo un accidente y sufre de una desviación en la C3 y C4 por lo que está parapléjico y, además no puede respirar por sí solo. Cuando Yang le pregunta que si quiere que le quiten el ventilador, él responde que sí, entonces Yang piensa sobre el rumbo que está tomando su vida y decide irse a vivir con Owen, tener hijos e incluso le da el premio Avery a Ross, pero ella se siente como si estuviera soñando y no es feliz. Este es la primera vida que tendría Yang.
La segunda comienza igual, Yang le vuelve a preguntar al paciente que si quiere que le desconecte el ventilador y este contesta que no, por lo que Yang se siente feliz por haber salvado a un paciente de una muerte segura, se lo cuenta a Owen, se acuestan pero, él vuelve a retomar la idea de tener hijos y Yang no quiere dárselos por lo que rompen. Yang se casa con Ross y este le entrega el premio Avery, pero se ve cómo Owen al no tenerla enloquece y sus compañeros le despiden por no poder controlarse a sí mismo y ser un buen médico.
Y por último nos muestran cómo Yang vuelve a preguntarle al paciente que si quiere que le quiten el ventilador que lo mantiene vivo y este dice que sí, Yang vuelve a estar triste por no haber salvado a un paciente y cuando está apunto de decríselo a Owen, aparece Meredith pidéndole ayuda con su investigación, por lo que Yang y Owen no tienen oportunidad de hablar.
Este capítulo me ha encantado por hacernos pensar sobre que cada decisión que tomemos, cada paciente que tengamos (como dicen en el capítulo) puede hacer que nuestra vida cambie para siempre. Sin duda, uno de los mejores capítulos.
Este Jueves 3 de Abril, echarán el 10x18 en el que un virus asolará el Grey-Sloan Memorial y Arizona será quien lo propague.
Gracias por leernos.
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